Si Nos Hubiésemos Querido Bien
Salgo del departamento de alguien nuevo, y hace frio. El viento me golpea la cara y la realidad mi vida. Es tarde y tengo caminar hacia la terminal del subte más cercana.
Salgo del departamento de alguien nuevo, y hace frio. El viento me golpea la cara y la realidad mi vida. Es tarde y tengo caminar hacia la terminal del subte más cercana.
Ayer a media noche saliste con tus amigos al nuevo boliche que abrió en micro centro. Y yo me quede en mi casa pensando en por qué, después de haber cometido tantos errores, decidí que era buena idea enamorarme de vos.
Esta carta no es para explicarte porque. No la debería llamarla una explicación. Es más, creo que ni siquiera debería decirle a esto carta porque me faltan ganas y sobran excusas para nunca mandártela.
Dos años pasaron. Y yo me encuentro a mí misma escribiendo esta carta una y otra vez.
Después de tres películas que me convencieron de que te tengo que olvidar, entendí que esto de superar a alguien funciona de manera inversa a lo esperado.
Mi café de media noche y mi ordenador se encuentran a las 12 tantas de la noche. Y mi playlist Lofi está esperando que vuelvas a casa para compartir recuerdos de un día agotador.
Llega la mañana en la que despertas y no encontrás el pelo despeinado y la serenidad dormida a tu lado.
Miércoles a la tarde. Octubre de 2018.
Miles con ojos marrones y una sonrisa que te invita a quedarte una hora más.
¿Como decís te quiero sin decirlo?