Sin Inspiración

Me siento a escribir algo, cualquier cosa, luego de semanas de abstinencia. Y la hoja en blanco se refleja en mis miedos. El canvas vacío en algún punto, hasta intimida a quien no sabe qué hacer. Y presiento que ese es mi caso.

Y no, técnicamente, no se bien sobre que o sobre quien estoy escribiendo, pero estoy yo, mi máquina para escribir y mi café en este momento. Y, por un segundo, creo que no hay nada más importante que eso. Y si bien confieso que no sé qué escribir, también confieso que estoy mintiendo.

Esa es la dualidad, asumo yo, de un escritor (si me atrevo a considerarme una). Que siempre nuestra mente está escribiendo. Está dibujando situaciones, inventando diálogos y creando sentimientos. El problema empieza en el momento en el que nos proponemos volcar todo a papel. Que te podría contar la historia más asombrosa que está pasando por mi cabeza, pero que la parte racional de mi cerebro no puede trasladar todo eso es una simple hoja en blanco.

Y así es que una se sienta a admirar a los otros escritores e incluso a los guionistas. Porque nada en este mundo aterroriza más que una hoja en blanco, mirándote fijamente y pidiéndote que la llenes. Que necesita a alguien inspirado que no pueda prescindir de tener todas sus ideas fijas en un papel.

Pero es que a veces, simplemente, una no es ese alguien.

Y que buscar inspiración y auto-imponerse algo para transmitir no siempre es lo más sano. Y si, podría mirar atrás, podría buscar tu sonrisa y podría volver a ver tus ojos, y seguramente eso me dispararía a una catarata de emociones. A las que puedo recurrir como comodín cada vez que no sé qué escribir. Pero tampoco sé si me quiero seguir haciendo eso a mí misma. Que no es lo más sano en este momento.

Así que me quedo en ese limbo de no saber que escribir, pero sabiendo que quiero escribir. Porque se, muy en el fondo, que esto es mas temporal que otra cosa. Que son el otoño y la primavera de mis picos de inspiraciones.

Y que no siempre está mal juzgar las ideas y las hojas marchitándose, como tampoco admirar las ideas y las nuevas flores florecer, si se entiende la analogía.

Pero la idea más pura y cruda es esa.

Que saber que escribir es una opción.

Pero hacerlo, una prioridad.

- Sol Brotzman